Ultimamente no puedo dejar de abrir puertas, estoy más reflexiva que de costumbre... pero en fin, había una puerta en particular que siempre me intrigó. Hoy la abrí. Era maciza, pesada, y no tenía picaporte, tuve que esforzarme, pero tuve éxito y la atravesé...
Crucé y me encontré en una especie de enorme túnel de piso arenoso y paredes de bloques de rocas perfectamente pulidas y talladas con dibujos de humanos cuasi geometrizados pintados en henna de diferentes colores en tonos mate. Había poca luz, pero la suficiente como para ver donde estaba. Me detuve ante esas imágenes hasta que sentí unos murmullos, diversas voces configuraban un mensaje que no distinguí bien. Me dio miedo seguir avanzando, pero de golpe como si fuera un susurro, oí que alguien que no veía me decía todo va a estar bien. Decidí avanzar.
Llegué a una escalinata empinada, que inevitablemente me intimidó. Estaba cansada y tenía calor pero no tenía sentido abandonar la travesía en ese punto así que me dispuse a subirla. Cuando estaba a la mitad noté que con cada peldaño que avanzaba un aroma a hierbas se hacía más pregnante; la curiosidad por descubrir la fuente del perfume exótico, me llevó a subir a mayor velocidad, hasta que no quedaron escalones.
Un halo dorado me encandiló. Cerré mis ojos un instante y al abrirlos, noté que estaba en un recinto dorado, cargado de ofrendas, y no estaba sola. Los faraones y sus cortejos estaban sentados sobre sus sarcófagos y me miraban, un gato pequeño me lamió el pie como si me diera la bienvenida. Me quedé en mi lugar. Incapacitada para emitir palabra alguna.
Cortésmente me invitaron acercarme. Me aproximé en silencio, nerviosa, ansiosa. Tenía tantas preguntas quería saber los secretos de las pirámides, cómo las construyeron realmente, cómo habían sido capaces de confeccionar esa monumentalidad, por qué esa forma, y mucho más, pero estaba congelada. La emoción me desbordaba y mis sentidos parecían sobredimensionar los estímulos que captaban
Preferí escucharlos. El más anciano de todos lamentaba haber pasado su vida pensando en su muerte, un niño confesó extrañar el sol y un esclavo me detalló la despedida con su esposa e hijos. Él estaba encargado de sellar una de las fosas mortorias y sabía que moriría al hacerlo. Su convicción llegó a conmoverme, pero no como aquella mujer que lloraba jurando que el peso de su corazón era mayor al que había sido registrado.
Todos me dejaron reflexionando, pero no sabía si me quedaría lo suficiente como para aconsejar a todos o si podría seguir recorriendo la pirámide, en algún momento tenía que salir en ese instante recordé que había dejado la puerta abierta. Se animará alguien más a entrar?
Estaba parado ante la puerta VII
Uno siempre tuvo que abrir puertas a lo largo de su vida, pero nunca se da cuenta en el momento adecuado, y ésta iba a ser la primera vez en que me proponía abiri una... debía abrirla.
A decir verdad, se había convertido en una obsesión, estaba intentando buscar excusas para poder atravesar alguna de las puertas.
Claro que son varias! Hay muchas puertas, pero por alguna razón, sólo estás ante una. Una única puerta. Cerca hay mas puertas... las conocés, sabés que están ahí. Pero no las ves. Sólo esta.
Imaginaba cosas.
Tuve un sueño increible. En el sueño me encontraba en un lugar maravilloso, en una situación impecable. Me dije a mi mismo, en el sueño, que esto debía ser lo que encontrara detrás de la puerta que me tenía obsesionado. Era la excusa que tanto había buscado.
Estaba completamente decidido a cruzarla al despertarme. Pero no fue así. Simplemente no recordaba. Recordaba la sensación, sabía que había encontrado mi puerta,... pero no recordaba lo que había pasado en mi sueño, lo que me había motivado, lo que me había dado seguridad para entrar!
La puerta se hizo mas grande me intimidaba. Volvía a ser el niño que no sabe como atravesarla y me dejaba prepotear por la puerta. Es raro que no hubiera podido recordar aquella situación,... porque tengo muy buena memoria. Pero también tengo buen olvido... ventajas?
Era la puerta de los sueños.
Asi de simple. Entendí que la puerta en la que debía entrar, era la entrada a ese mundo maravilloso. Esa era la sensación! Lo maravilloso me esperaba del otro lado del umbral. Y me lo había dicho el propio sueño.
Mientras abría el picaporte, entendi que uno siempre sabe que esa puerta está (existe),... que hay que atravezarla. Pero mucas veces no sabe bien de que lado está. Esto es un sueño... esto ya lo viví.
Uno tiene que aprovechar cuando vuelve de un sueño, porque es un instante mágico en donde lo real y lo otro estan fundidos,... como amantes. Si uno camina sigiloso mientras pasa entre ellos, no se dan cuenta de que uno ya no está dentro de uno y yendo hacia el otro. Es el momento en que las cosas, las reales, parecen volar, parecen resolverse,... parecen sonar mas claro, sin el bullicio de la realidad.
Desperté. Me di cuenta de que estaba delante de la puerta... igual que siempre, igual a todas... tan pequeña, sobria... simple.
La abrí si más y pasé...
Desafortunadamente para ustedes no voy a describir lo que había del otro lado, porque éste es de esos casos en que no hace falta explicarlo. Son esas ocaciones en que uno se da cuenta de que todo lo que sabe ayuda, pero que realmente no sabe nada... siempre se aprende, nunca se deja de hacerlo.
... lo único que puedo decir es que me tendío la mano alguien a modo de invitación y no hizo falta darme cuenta de que era yo mismo.
Bienvenido. otra vez
El tiempo parece no transcurrir en mi cubículo interior. La oscuridad me aterra por momentos, pero me resguarda en otros. Entonces una vez más me decido a abrir mis ojos y dirigirme a aquella puerta pendiente.
Otros caminantes han abierto otras dos puertas. Tengo la opción de seguir sus pasos o de trazar los míos. Esta vez me decido a abrir otra puerta. La puerta VI.
Soy Púrpura y he aquí mi experiencia de hoy.
Cuidado!
La puerta VI parece una trampa!
Ni bien entro solo veo una inmensa oscuridad. La humedad del lugar es más que evidente. Camino unos pasos y la puerta de entrada se cierra tras de mi. Ahora la oscuridad es total.
El ambiente es denso. Siento que el aire me falta. Me cuesta respirar, pero lo sigo haciendo. Me siento en el piso por miedo a tropezar con algo.
Ahora empiezo a entender...
Estoy rodeado de agua!!!
¿Y como es posible que pueda respirar? ¿Como puedo estar vivo aquí?
Toco mi cuerpo. Estoy desnudo. Toco mis brazos, mis piernas, mi pecho. Todo esta húmedo, todo sumergido. Toco mis ojos. Están cerrados.
Lentamente abro los ojos y la imagen me sorprende. Estoy bajo el agua. Una agua tibia, muy cristalina, muy pura y en la cual puedo respirar. Empiezo a nadar. Me siento el Hombre de la Atlántida, y comienzo a nadar como aquel personaje.
Llego hasta un pozo de luz, que me encandila. Trato de entrar en él y mi cuerpo es succionado. Ahora estoy flotando, pero no hay agua. Estoy en el cielo más claro que podría imaginar la más fantasiosa de las estampitas de ángeles. Pero de pronto no me puedo sostener y comienzo a caer.
Caigo, caigo y sigo cayendo.
Caigo por un largo rato. Caigo acostado, caigo de cabeza, caigo parado. Sigo cayendo
De pronto un enorme mar se aproxima por debajo de mí. Penetro en él como un misil sin rumbo. Pero no hay agua en este mar. Solo espuma que cada vez se hace mas densa, hasta convertirse en leche.
Me rodea la nada misma. Pero ahora estoy parado en una interminable habitación. Sigo viendo todo blanco. Será la leche que me rodea? No.
La toco y solo es bruma.
Reconozco los olores del lugar, reconozco los sonidos apagados de la gente que no está. Me siento protegido. Estoy en mi cubículo interior. Por hoy ha terminado el viaje.
Cuidado!
No les recomiendo entrar a la puerta VI.
Fotografia de LEWIS BUCKLE
12 de marzo de 2004. 9 am. Cerré las rejas de la que fue mi casa, de la cual ahora ni las llaves poseo, y con segundos de diferencia, abrí la puerta del auto, sin tener conciencia total de las sucesivas puertas que iría empujando (algunas con la cabeza, otras sin dificultad, más con alguna ayudita, y otras quedan pendientes). Empezó el viaje cuando pude subirme al auto, en ese momento exacto, en esa fracción de segundo que ahora congelo mientras cierro los ojos
Los kilómetros me mostraron un paisaje que conocía, pero esta vez lo veía distinto, intentaba retener cada centímetro que dejaba atrás, mientras capturaba lo que me esperaba al horizonte, que se veía por momentos muy luminoso, y por otros, se empalidecía por los miedos que el enigma me causaba. No sabía que iba a pasar
Y llegué. Me encontré inmersa en un lugar que no era mío, en un destierro voluntariamente planeado que tantas veces había dibujado con mis fantasías, pero esta vez era real y me faltaba tomar los lápices y empezar a crear.
Ya pasó un tiempo y los lápices fueron renovados varias veces, las técnicas de colorear también, y los cuadros y encuadres tienen forma, tienen significado, movimiento, hasta música, pero lo más importante es que son míos o los siento propios, no sé
Rara sensación. Las callesitas que transité por años junto a Borges, tienen otra connotación ahora, pasaron a otro plano y se apropiaron de otra luz. La misteriosa Buenos Aires de Mujica Lainez sumó misterios, mientras develé otros.
Quiciera arrancar esta, mi primer entrada al blog, con una frase de la puerta III... "Quizas todas las puertas conducen al mismo bosque?"
El camino a esta cuarta puerta es muy reconfortante, tiene un aroma muy especial, y la puerta tiene el numero en rojo... un rojo muy intenso... imposible es resistirse a la tentacion de entrar y por lo menos hechar un vistazo.
Entro muy lentamente... con cuidado y veo palabras y sonrisas flotando en el aire. Cada minuto que paso ahi descubro mas cosas, pequeños detalles que van conformando un todo y que sin darme cuenta hacen que me sienta cada vez mas comodo. Por un momento dejo de sentir y empiezo a pensar... y mi yo pensante me dice que este no es mi lugar... y que posiblemente nunca lo sea, pero que hacer en esta situacion?
El momento de lucidez me duro muy poco... nuevamente me voy dejando llevar por ese sitio maravilloso que descubri casi sin querer...casi.
A cada paso que doy nuevas cosas hacen que quede mas embelesado con el lugar.
Me voy dando cuenta que la puerta por la que entre esta cada vez mas lejos y no se si podre o querre recordar el camino para poder salir. Palabras, risas y sonrisas siguen volando a mi alrededor. Todo parece perfecto, sin embargo en un lugar apartado veo un lugar que al parecer parece preparado para una persona... miro a los costados y no veo a nadie...
La duda me invade y un frio recorre mi cuerpo... crei que estaba solo pero la duda de no saber si en realidad es asi me incomoda, me inquieta. Quizas podria considerarse egoismo... yo en realidad siento un vacio... crei que quizas habia encontrado mi lugar... MI lugar... ese lugar donde podria llorar y reir... soñar y dormir... gritar y pensar...pensar.... eso es lo unico que estoy desde que descubri esto.
A lo lejos veo una puerta y me parece una buena idea correr y salir por lo menos un rato para poder pensar mas claramente que hacer... llego a la puerta... la abro ... la cruzo...
El otro lado es ideal para que piense... solo veo blanco a mi alrededor...camino y camino buscando una respuesta en mi confundida mente....
Sigo caminando y no me doy cuenta que volvi al lugar donde estaba... como puede ser posible? acaso no voy a poder salir? sera una señal? sera... que sera?...
Hoy abrí otra puerta.
Por momentos creo que se multiplican y que cientos de caminantes se paran frente a tantas puertas. Pero son pocos los que se animan a abrirlas. Muchos menos los que se animan a entrar.
Hoy me animo a entrar en esta nueva puerta.
Esta marcada con el número III por que mi obsesión me lleva a seguir un orden metódico. Pero podría haber sido la puerta XV o la XXIV, quizás la LXIX...
Hasta donde llegará este pasillo laberíntico? Hasta donde nos animaremos a llegar?
Como posiblemente puedan surgir distintos recorridos y cada uno de los caminantes hará su marca en esta bitácora. Me voy a identificar: Soy el caminante 2301, pero el nombre que seguramente recordaran será "Púrpura"
Esto es lo que vi al abrir la puerta III
Aún parezco permanecer en el bosque de la puerta I, el paisaje me parece conocido. Quizás todas las puertas conducen al mismo bosque?
Camino y algunas voces lejanas llegan hasta donde estoy. Provienen desde lejos y parecen cantos melódicos, aunque por momentos solo son murmullos. Trato de vencer la incertidumbre de encontrarme con el peligro y comienzo a caminar en la dirección de donde proviene ese coro lejano.
Al avanzar atravieso un sendero rocoso. Las piedras parecen haber sido arrancadas o trozadas. Puedo ver el corazón de algunas de ellas. La luz, que se filtra entre los altos árboles pega contra estos cristales y se convierte en reflejos de miles de colores. Es como un sueño. Deslizo mis manos entre los rayos de luces y estos dejan de proyectarse. Al cortar el paso de la luz, se generan sonidos como los que podría hacer si froto un paño húmedo sobre un vidrio. Tienen diferentes alturas y me veo tentado de generar música. Pero algo distrae mi atención. Los rayos de luz, al proyectarse sobre las palmas de mis manos forman figuras que cada vez se vuelven más nítidas. Por momentos parecen visiones del pasado y otras, que no reconozco parecen ser del futuro. Al percibir esas visiones, que aparentan ser del futuro cierro mi mano. Quedo consternado y sigo caminando por el sendero de piedras preciosas.
Antes de que transcurra media hora, ya he atravesado una buena parte del bosque. Me he cruzado con diferentes tipos de vida vegetal (algunas especies muy raras) y uno que otro animal. Me sorprendió una especie de gato (o serían muchos gatos) que aparecía cada tanto sentado sobre una piedra o sobre un tronco o en una rama. La cara era igual aun gato, pero con orejas largas como conejo. Y la cola..., eso era un elemento que lo distinguía notablemente. Era pomposa y de colores como el arco iris, no la dejaba quieta y era imposible no quedar embelezado viéndola. El gato-conejo observaba mi paso y no hacía movimiento alguno, parecía conocer mi destino, o mi historia y no le inmutaba mi presencia.
Tras unos cuantos senderos caminados empecé a escuchar con mucha claridad el murmullo que por momentos parecía un coro. Parecía estar llegando a una reunión en el centro del bosque, a un ritual, pero al empezar a asomarme entre las hojas quede deslumbrado al ver que la fuente de tales fantasías sonoras, era una gran cascada. No podía entender como aquel constante chorro de agua, cayendo con tanta presión en el ojo de agua oculto en el bosque podía generar aquellos sonidos.
Me quedé allí por un buen rato, contemplando, nutriéndome, respirando ese momento. Sin embargo, el coro que había creído oír ya no sonaba.
De todas formas permanecí ahí por un largo rato.
Abrir puertas
que temita
y que lindo temita! Compartir los mundos internos, es tan especial
a veces confieso que me da miedo dar paso a otros a mi intimidiad mental, pero pueden entablarse vínculos tan extraordinarios al hacerlo que acá estoy
hoy me voy a animar a abrir la puertita a mi mundo onírico
Es de noche y estoy sola, parada frente a la puerta del planetario. No sé como llegué hasta ahí pero me invade una extraña sensación, una corazonada me intriga. Miro hacia adentro y no veo nada, excepto por mi propio reflejo, al cual contemplo unos segundos, hasta que llevada por una inexplicable fuerza avanzo un paso a la vez, en puntas de pie, me muevo tan ligeramente que casi no escucho mis pasos. Empujo la puerta con cuidado y entro. Avanzo, una luz de la cual no logro ver la fuente ilumina el lugar, y miro a mi alrededor y no hay nadie más que yo, pero por algún motivo, no me sorprende ni me asusta.
También en puntas de pie subo por la escalera, me siento tan liviana en ese avanzar que no me detengo y camino directamente hacia una de las ventanas gigantescas, como si esperara encontrar algo que aún no sé qué es, como si respondiera a un llamado.
Me quedo mirando a través de la ventana y todo lo que veo es a una imponencia magnífica que me deja estática y me trae una paz absoluta: estoy mirando a Júpiter. Está ahí, en frente mío, a mi altura y algo me magnetiza y no puedo quitarle la vista de encima a esa magnitud de desorbitante belleza, estoy como hipnotizada, podría quedarme toda la vida contemplando a ese cuerpo. Completamente perdida en mi visión, cautivada.
Veo tan nítidamente como nunca antes vi nada. Mi retina toma una foto de su textura mientras la recorro, y es tan perfecta y tan llena de enigmas para mí y esos colores sin siquiera pestañear no dudo de lo que tengo frente a mí, me llena una sensación de una extraña pertenencia, me siento orgánicamente conectada, pero me pregunto si alguna vez vi gamas cromáticas como esas. Nunca un color me pareció tan poético.
Abstrída y deslumbrada, me quiero quedar ahí junto a esa existencia mágica.
La primer puerta esta destrabada. Decido entrar. La primera visión es un bosque solitario. El tiempo parece estar detenido en este espacio.
No es la mañana, no es la noche. Es una tarde extraña. El sol se filtra con facilidad entre las ramas sin hojas.
Sigo caminando.
Solo escucho hojas lejanas, meciéndose con el viento.
El aire es denso. Sigo caminando.
Sigo caminando.
Solo escucho hojas lejanas, meciéndose con el viento.
El aire es denso. Sigo caminando.
Tras una larga caminata llego a un arroyo.
El agua corre cristalina y rápida. Recién ahí se escuchan los primeros signos de vida.
Animales hablan entre ellos. La mayoría son desconocidos para mí.
Algunos parecen quejarse, con un canto monótono, del calor. De pronto descubro un ritmo que integra las diversas capas de ambiente.
Tras bordear el arroyo durante un largo rato, el camino se empieza a alejar de la orilla. Me vuelvo a internar en el bosque cerrado. Camino entre paredes de vegetales colgantes. Percibo la mirada de alguien, pero no me animo a escudriñar entre las hojas. Sigo caminando.
Entonces percibo el ruido de una rama quebrándose. Me paralizo y escucho, pero nada. Trato de ver a lo lejos, entre las plantas tupidas y me da la impresión de ver una pequeña figura agazapada. Me quedo inmóvil durante unos segundos. Busco a mi alrededor alguna piedra o una rama para arrojarle y ver de que se trata.
Encuentro una piedra con forma de ojo. Me sorprende terriblemente. Es un lóbulo perfecto y parece tener tallada una cornea y un iris.
Dicen que los ojos son la ventana del alma. Yo entre por una puerta que no recuerdo donde está. Será este ojo un pasaje a otro sitio. Lo guardo. Miro hacia la figura pequeña, pero no está. Confirmo que no estoy solo
Sigo caminando.
Cuando era bastante chico, mi viejo me incentivo a mirar el cielo.
Él me contaba como se llamaban las diferentes estrellas y constelaciones.
Hoy no tenemos el tiempo para ver el cielo juntos. Pero cada tanto me tomo unos segundos para observar esa paz tan incerible, esa inmensidad tan intimidante.
Esta es la nebulosa de Orión. Está muy cerca de lo que llamamos las Tres Marías.
A veces me he imaginado en ese espacio exterior.
Rodeado de la nada misma.
Escuchando solo mi respiración, dentro de algún traje espacial.
Otras veces he llegado allí escuchando música.
El tema que más rápido me hacía llegar era Echoes de Pink Floyd.
Los invito a que pasen por la experiencia.
Bajense este tema. Ponganlo a sonar...
Apaguen la luz un rato. Recuestense sobre la alfombra y traten de pensar en aquel espacio que nos rodea una noche de verano, despejada en el campo o la montaña. Viajen hasta quedar dormidos....
Sus mentes, sus cuerpos estarán alli. Mas tarde se lo agradeceran
Foto tomada por Associazione Ravennate Astrofili Rheyta
Inauguro nick en el blog...inauguro nueva sección
Y tomo parte de un título de algo que empezó a ser una hermosa creación entre tres personas...
Me gustaría que podamos crear algo entre todos...
Abrir puertas y contar qué hay atrás...
Podes descibir cada uno qué es lo que ve, qué piensa y siente cuando da un paso hacia adelante...o hacia atrás, el por qué...los miedos y las fantasías...
A mi me pasa que vuelo constantemente, sueño demasiado...mi mente es un lugar surrealista, en el que muchas veces me gustaría poder quedarme...Creo que todos tenemos un mundo interior lleno de imágenes visuales y sonoras, mágico en algún sentido...
Esos mundos internos son los que me gustaria que compartamos. Este topic debería llamarse "libertad de expresión" o algo parecido =)
Cedo al que se anime el lugar de abrir la primer puerta...
Hoy que soy un docente bastante hecho y algo derecho, miro hacia atrás.
Recuerdo tantos comentarios!
Para que te sirve ser ayudante??
Ja! Eso te pagan?
Y no te conviene dedicarte a algo que te de plata?
Y aqui estoy, han pasado varios años desde aquella vez que decidi ser docente de fotografia... y ahi empezo esta movida que no creo que pueda parar nunca.
Solo hago una pausa para volcar algunas reflexiones...
Hoy todo resulta mas facil.
Profesionalmente estoy muy bien posicionado (sin embargo sigo pensando que debo volver a empezar...)
Y la docencia, aquel hobbie que me permitia tirar un cable a tierra ahora se perfila como uno de los caminos más bellos y seguros.
Ser docente implica tanto!
Estar dispuesto al dialogo permanente con aquel que no tenes idea quien es...
Tratar de ser claro, aun cuando muchas cosas no esten del todo claras para vos.
Elegir despertarte un domingo a las 7 para poder corregir las entregas...
Aceptar que te podes equivocar...
Estar atento a las recomendaciones de los alumnos (esto es lo que te mantiene al corriente de las cosas nuevas)
Poder ponerte la cara de "docente simpatico" el dia que te estas separando de tu pareja...
Ser lo suficientemente justo con los que son desconocidos, como los que se hacen amigos...
En fin ser docente es una forma de vida.
Yo elegi esa forma de vida...
A veces me preguto ¿Por qué hay docentes que siguen siendo docentes si no tienen ganas de serlo?
Ser docente es un don. Yo no me imaginaba que alguna vez tendría la paciencia para serlo. Pero surguió.
Algunos dicen que soy buen docente. Yo digo que tengo taaaaaaaanto para aprender.
Mi vejez me encontrará siendo alumno de algún curso o carrera o lo que sea. Me apasiona aprender. Por eso soy docente.